La Audiencia de Cantabria revoca una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 7 de Santander (un juzgado especializado en preferentes y deuda subordinada) y condena a Liberbank (antigua Caja Cantabria) a anular el contrato de compra y al pago de 221.000 euros a un cliente por la venta de unas preferentes y obligaciones subordinadas.
La sentencia revocada por la Audiencia ha sido la única del Juzgado de Primera Instancia número 7 que fue contraria a los clientes y favorable al banco. La Audiencia estimó el recurso y anuló en parte la sentencia del Juzgado de Primera Instancia, que fue dictada en 2014 y en la que se consideraba que el banco no debía reembolsar los 541.000 euros que reclamaba el afectado, invertidos en más de veinte contratos de preferentes que sucribió entre 2004 y 2011.
En el primer juicio no se apreció error ni falta en el consentimiento a la hora de firmar los contratos por parte de los integrantes de la familia y que durante diez años contrataron un total de 55 productos financieros distintos. Sin embargo la Audiencia, que ha estimado únicamente el recurso del padre al no haberse presentado los demás, asegura que firmó los contratos sin un conocimiento real de los riesgos y la naturaleza de aquellos productos.
El afectado, con estudios básicos, sostiene que contrató las preferentes y subordinadas pensando que eran un producto seguro de ahorro sin saber en ningún momento que podía perder todo lo invertido.
El juez señala que para esclarecer el hecho se debe tener en cuenta únicamente las circunstancias en el momento de la firma del contrato y no los hechos posteriores, en este sentido se señala que Liberbank no proporcionó la información necesaria para conocer el producto en profundidad, en especial no se advirtió de los riesgos, ni se ha facilitado prueba alguna de haberlos explicado.
En la declaración de la empleada se apreciaron contradicciones y falsedades, poca claridad e inconsistencias, motivadas por el deseo de seguir trabajando para la entidad y proteger su puesto de trabajo.