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Valores Santander, otro producto tóxico

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Durante los años previos a la crisis las entidades financieras desplegaron una gran variedad de prácticas dudosas. Sin consentimiento de los clientes, colocaban productos tóxico y peligroso para sus ahorros. Este es el caso de los Valores Santander.

La historia de un engaño

Las cláusulas suelo o la venta de acciones de Bankia, son solo dos de los muchos problemas a los que se enfrenta la banca. Durante los años previos a la crisis las entidades financieras comercializaron masivamente productos complejos.

Con esto, trataron de engañar a sus clientes. Cláusulas abusivas encubiertas, que con el tiempo, se destaparon ocasionando graves pérdidas, primero a los clientes y luego a la banca en general.

Preferentes y productos tóxicos

Durante el estallido de la burbuja de las preferentes, los clientes huyeron de las cajas de ahorros. En ese tiempo se vendían estos productos de forma masiva, sin importar el perfil del contratante.

Los clientes buscaron refugiarse en los bancos que parecían, entonces, un «entorno seguro» para los ahorradores. Sin embargo, la realidad fue muy distinta, también los bancos colocaron preferentes entre sus clientes.

Valores Santander, otro producto tóxico

Este sería el caso de los llamador Valores Santander, comercializados como una especie de producto estrella. En realidad se trataba de un producto tóxico muy parecido a la preferentes; otra inversión basura.

La finalidad real de este producto era la de financiarse a costa de los clientes para adquirir, junto a otras entidades financieras como el Amro Bank holandés.

Esto fue ruinoso para sus clientes. Ellos contrataban estos bonos basura, de generación propia con unas condiciones muy beneficiosas para la entidad, al haber prefijado, entre otras cosas, el precio de conversión de dichos títulos, cinco años después, en acciones de la misma entidad.

Este tipo de prácticas ponen de manifiesto que las entidades ya preveían la caída de la economía mundial y que estaban tratando de blindarse a costa de sus clientes.

Tras la aparición de todos estos escándalos, Banco de Santander, como otras entidades bancarias, tratan de solucionar sus pérdidas firman acuerdos amistosos y confidenciales con sus clientes, con el fin de que su imagen no se vea perjudicada.

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